Carolina Gámez de la Peña solía reír con la luz del sol, pero desde que el accidente le arrebató a su padre y la condenó a una silla de ruedas, su mundo se tiñó de sombras. Aunque los médicos insisten en que podría volver a caminar, su alma herida se niega a creerlo, atrapada en un laberinto de dolor y autocompasión.
Julián Maldonado, el psicólogo con manos de poeta y ojos cargados de culpa, llega a su vida como un rayo de esperanza que ella no pidió. Tras haber causado sin querer la muerte de su mejor amigo, Julián entiende mejor que nadie las cadenas invisibles que atan a Carolina. Cada sesión se convierte en un duelo íntimo entre dos almas rotas que, sin planearlo, comienzan a sanarse mutuamente.
Entre lágrimas confesadas al anochecer y sonrisas robadas que saben a milagro, nace un amor tan inesperado como profundo. Julián descubre que las cicatrices de Carolina son el reflejo de las suyas, y ella, al mirarlo, empieza a vislumbrar la posibilidad de volver a caminar... no solo con las piernas, sino con el corazón.