París, 1810. El Imperio de Napoleón brilla en todo su esplendor, pero bajo los salones iluminados y los desfiles militares se teje una red de intrigas y secretos.
Julián Duvergier regresa a Francia con el prestigio de un noble retornado y la fortuna suficiente para abrirle las puertas de la alta sociedad. Para todos, es un hijo leal del Imperio, ansioso por reclamar su lugar en la patria. En secreto, sin embargo, es un espía al servicio de Inglaterra, con una sola misión: vigilar al enigmático mariscal Étienne de Villiers, hombre influyente en las rutas estratégicas del norte y sospechoso de ocultar oscuros intereses tras su fervor napoleónico.
En medio de esa misión conoce a Angélique de Villiers, la hija del mariscal. Menospreciada por su familia y apasionada por la botánica y la medicina natural, Angélique nunca se había sentido verdaderamente vista, hasta que llegó Julián. Sus conversaciones sobre plantas y remedios curativos despiertan en ella un amor tierno, y en él, un desconcertante deseo que amenaza con debilitar su máscara de espía.
Lo que comienza como un juego de apariencias pronto se convierte en una atracción innegable. Pero la verdad tiene un precio devastador: cuando Angélique descubra que el hombre que la hizo sentirse amada la usó como parte de su misión, la traición le dolerá más que el abandono de su familia.
Atrapados entre el deber y el amor, entre la lealtad y la traición, Julián y Angélique deberán luchar contra las fuerzas que intentan separarlos. Porque en un París dominado por la ambición del Imperio, amar al enemigo será el mayor de los riesgos.